Materialetan oinarrizkoena eta onena: lapitz bigun bat paper on batekin. Mina gozo batekin makina bat gauza egin ditzakezu. Gogor batekin, berriz, bat ere ez, beti marra bera aterako zaizu.

Ni ez naiz Arte Ederretan lizentziatu eta, behar bada, askok esango didate: hara zer txorakeria, lapitzaren kontu hori.

Niri ez dizkit inork erakutsi teknikak, eta ikatzetarako edo akuarelarako trebetasun tekniko handia behar da. Ni beti lapitzarekin eta argizariekin moldatu izan naiz hobeto. Beti crayon-arekin ibili naiz ondo, hau da, lapitzarekin, era batera edo bestera. Barrarekin, alegia. Ez ilearekin, ileak kontrolatzen zailak baitira. Kobazuloetan beti hobeto egingo zuten marra bat horrela, pintzelarekin baino...

Baina pintzela hobea dela uste dut, goi mailakoa, aberatsagoa. Eta olioa, Jainkoarren! Zailena horixe, pasta bat ematen ari zara eta!

Marraztea gudu bat bezalakoa da. Denboraren poderioz eta nire inguruabarrek eta nire muinek gogortu egiten duten gudu bat

Azken aldi honetan, gehiago kezkatzen naiz zirriborroekin emaitzarekin baino. Gehiago gozatzen dut zirriborroekin. Baina erakusten eta saltzen duzun emaitza bihurtzerakoan sufritu egiten dut.

Denbora asko eman dut ezer egin gabe. Urteak eta urteak lapitzik ukitu gabe. Ez legoke gaizki zure erabakia eta zure erritmoa balitz. Baina gerrara zoazenean norbaitek bidalita joaten zara, ez bestela.

Obra abandonatua egon da Madriletik iritsi nintzenetik. Hautsez estalia. Erakusketarako bilaketa gogorra egin zait, iraganean murgil egin beharra. Eta sekula ez zait hori gustatu niri. Baina tira, berreskuratutako obra, ondo amaitua ikusten badut, bada horixe da balio duena. Baina ondo amaitzea, erne, marra bat ondo egitea izan daiteke.

Umorea izan nahi dut beti. Funtsezkoa zait hori egiten dudan guztian. Azken bolada honetan, ordea, ez da horrenbeste horrela izaten ari. Baina beti saiatu naiz umore eta distantzia harreman hori mantentzen. Obra grafikoan lortu egiten dut. Ez dit eragozten. Baina zinean kostatu egiten zait, izugarri kostatzen zait egin dudana ikustea.

Hau da gogoa zinea egitekoa! Historia on bat behar dut. Neronek egingo nuke gidoia.

Idazteko plazerra oso ondo ezagutzen dut. Gustura jarri izan naiz paper zuriaren aurrean. Eta gero liburua bera dago, liburu gauzak berak ematen dizun gozoa.

eppur si muove

Sec 13/GAUGUIN Y VAN GOGH PELEAN. ARLES, 1888/EXTERIOR

Aloha tiene un olor especial. A casa vivida sobre una colina que, lógicamente tiene ojos, como todas las colinas. Aloha huele a ceras, a mina de lápiz y a óleos pintados hace mucho, mucho tiempo

B.T: Pregunta básica: materiales.

I.Z: Respuesta básica: lo mejor, lo mejor, un lápiz blando en un buen papel. Un "ottchoatttche" como decía un profesor canario de la escuela. Y todos por los suelos. Un lápiz blando, mejor aún, un 6B, que lo puedes apretar, amoldar…¡qué gusssto! ¿Vosotras dibujáis? Es que no creo que nadie elige la dureza del lápiz a la hora de hacer un dibujo. Acaso un dibujante, sí. O igual tampoco. Acaso no se le da suficiente importancia al hecho de que una mina blanda te permite una cantidad de cosas que la dura no, que es siempre el mismo trazo. Como un bolígrafo. Ves cantidad de dibujos en los que eso no se tiene en cuenta. Y eso es el material en realidad, el gustazo de un lápiz blando.

V.L.M: Y luego el carboncillo.

I.Z: Nunca he sido de carboncillo porque mancha mucho, suelta ese polvillo y… no es muy fácil de controlar. No, si le doy un mérito extraordinario pero para mí, hay que ser muy hábil.

V.L.M: A mí me gusta mucho el carboncillo pero sí, mancha mucho, hay que añadir fijador…

I.Z: Pero tú no usas…

V.L.M: No, qué voy a usar yo. Bueno sí, lo uso para echarlo en los jarrones del jazmín. Así no se pudre el agua. Ni los jazmines.

I.Z: ¿El mismo carboncillo? Eso es una bomba, y los jazmines, fantásticos…
En fin, que yo no he hecho Bellas Artes y alguien dirá que esto tan básico del lápiz es una tontería. Pero a mí no me han enseñado. Bueno, sí. Mi madre me enseñó, precisamente, a empezar un cuadro con carboncillo.

V.L.M: Pero has usado todo, lápiz, carboncillo, rotulador…

I.Z: …Pero sin que nadie me enseñase las técnicas. La acuarela. Otra cosa que hay que saber. La acuarela necesita mucha habilidad técnica y yo no la he tenido. Me he decantado por las cosas que se me dan mejor.

B.T: Que son…

I.Z: El lápiz blando y ceras. Cosas que son siempre, crayon, o sea, lápiz, algo duro, en barra. No pelos, que son más dificiles de controlar. Aunque, por supuesto, los he utilizado. Me imagino que es lo más básico. Me imagino que en las cavernas, el primer impulso, el primero, sería hacer un trazo así y no usar el pincel.

B.T: Vamos bien, Zulueta revela el secreto primero de Altamira y descubrimos cómo cuidar los jazmines…

I.Z: Con esto nos puedes hundir…Pero volviendo al pincel, que quede claro que lo considero superior… mucho más rico Y por ello, mucho más difícil de manejar. Y el óleo, lo más difícil. El óleo, por Dios. No me atrevía jamás a tocar óleo. Eso sí que no. Lo del óleo, los de Vicente… Au revoir. Pausa. Por Dios, si estás aplicando una pasta.

S/T. Nueva York, 1964.
Izenbururik gabe. New York, 1964.

V.L.M: Usar muy poca pintura, con mucha sutileza, llegar a las capas más, más… y los olores. Cuando tu madre pintaba, ¿no te impresionaban los olores?

I.Z: Los olores y todo lo demás. A mí, los Reyes siempre me traían cuadernos y lápices para dibujar y, por otra parte, mi mayor ilusión era irme al colegio y dejar a mi madre empezando un cuadro, el retrato de alguien que además estaba posando, y volver a las ocho y ver a dónde había llegado. Uy, eso era la pera. Superalucinante. Cosas con las que vives y las das por sentadas. Además eran grandes y me daban un respeto espantoso. Y nunca me atreví… Mi madre me ayudaba, me hacía ver las cosas…

Con su madre, en Villa Aloha, aprendiendo a dibujar. 1955.
Bere amarekin Villa Alohan, marrazten ikasten. 1955.

Y el olor. El del óleo. El aceite. Y la trementina. ¿Cómo se dice?

V.L.M: Sí, esencia de trementina.

I.Z: Pero aquí lo que más se usaba era…

V.L.M: …aguarrás

B.T: Te imagino como si la mano te llevase, como si ella te obligase a dibujar.

I.Z: Pues yo no tengo esa sensación. Nunca. Creo que siempre es una pequeña batalla que con el tiempo, por mis circunstancias y mis sustancias, se ha ido haciendo enorme. Pero no recuerdo ningún dibujito hecho alegremente. Siempre con un esfuerzo enorme.

V.L.M: Pero yo te he visto hacer cosas de repente…

I.Z: Pero eso no será nunca una abstracción. Puede que dejes que la mano te lleve y a veces salen cosas muy graciosas pero para dibujar siempre existe un esfuerzo. Aunque, contradicción total, hay dos álbumes hechos en Madrid, en los 80, donde sí hubo un placer y un dejarse llevar. No he tratado de retratar nada, están desconectados de todo, incluso de la mano, mucho color…

Cuaderno de gouaches. 1986.
Gouacheen koadernoa. 1986.

B.T: Estará también ligado al hecho de que hayas trabajado mucho por encargo.

I.Z: La exposición va a estar llena del mundo doble ese, encargo y creación.

B.T: En los bocetos preliminares al producto final de un encargo te disparas en mil direcciones.

I.Z: Muy curioso. Me doy cuenta de que, últimamente, el espacio dedicado a los bocetos ocupa mucho más que el resultado, cuando toda la vida ha estado más nivelado. En los últimos tiempos disfruto más con los bocetos. Cuando tienen que plasmarse en lo que enseñas y vendes, es el horror.

Curioso, yo siempre he tenido mucho respeto por no hacer obra comercial para cine. Podría haber hecho publicidad y me he intentado mantener al margen. Y sin embargo, en la gráfica no, siempre lo he encontrado más controlable, como si supiera más el terreno que piso. Además del hecho del ritmo sincopado con que trabajo ahora. Y luego, claro, que he estado mucho tiempo sin hacer nada. Años y años sin coger un lápiz.

V.L.M: Muchos otros también. Y no pasa nada. Que conste.

I.Z: Vale. Si lo decides tú y es tu ritmo… Pero si vas a la guerra, es que alguien te envía, ¿o no?

B.T: Entonces el reencuentro con tu obra al buscarla para la exposición…

V.L.M: …Duro. Sorprendente. Doloroso. Iván se metía en su cuarto y en sus compartimentos estancos. Fue, es, un recorrido muy íntimo, pasado por todas las etapas, baches, momentos bajos, pletóricos…

I.Z: La obra estaba abandonada desde que llegué de Madrid. Con una capa de polvo así. El horror de zambullirte en tu pasado, algo que a mí nunca me ha hecho mucha gracia. Ahora no tengo una sensación especial, clara, respecto a la obra recuperada. En definitiva, si la veo bien resuelta, es lo que prevalece. Pero bien resuelta, entiéndeme, puede ser una raya muy bien hecha.

Quiero mantener siempre el sentido del humor. Eso es fundamental en todo lo que yo hago. Últimamente lo es menos… Últimamente, lo va siendo más. Siempre he intentado conservar esa relación de humor y distancia. Con la obra gráfica puedo. No creo que me llega a trastocar. Con el cine me cuesta más. Me cuesta muchísimo ver lo que he hecho.

En el fondo, lo de siempre. ¡Qué ganas de hacer cine! Necesito una buena historia con el meollo planteado y resueltas las… A partir de ahí, me siento capaz de escribir yo el guión.

B.T: O sea, que tú escribes. Decían que no leías ni escribías.

I.Z: Desde luego, no he sido un gran lector aunque siempre he tenido mis dudas sobre ciertos buenos lectores. Tengo mis lagunas. Leer lleva mucho tiempo y yo me he tenido que repartir. Escribir sí. He escrito. Me ha gustado mucho echarme a la cuartilla. El placer de escribir lo conozco . Me he llegado a reír muchísimo yo solo, escribiendo, y a madrugar para poner en papel una historia que tienes en la cabeza. Y luego está el placer mismo del libro, del objeto.